LUNA
ROJA
Fue
una de esas noches en que la ventana me inmoviliza, mirando como se desarma en
partículas el cielo rojo sobre los árboles. El sueño es sólo una espiral sin
consistencia, la mente no me pertenece y sólo soy ojos que espían el
transcurrir de la vida del otro lado del cristal…
Y
entonces la vi, sola, entre trágica y errante recorriendo el parque, buscando
vaya a saber qué respuestas detrás de las hojas caídas. El rayo de luna se le
instaló en la mejilla y las lágrimas brillaron. Siempre el alma sale por los
ojos, siempre el grito silencioso del vivir con espinas…
Se
sentó en un escalón y vi quebrarse su cabeza entre sus rodillas, imagen
dolorosa eterna. Abril es un otoño perpetuo para los desamorados. Y allí,
patética y desangelada, esa mujer se desarmaba en átomos ante mis ojos, y yo
sin poder conectarme con su alma… nos separaba un lago helado, una distancia
infinita.Quise
que estallara mi corazón en luces de colores… para abrazarla, para entibiar su
pena… No
pude. Me tragó la noche. Me volví al refugio seguro de mi almohada, y la dejé sola.
LA OTRA
Yo siempre la veo a través del espejo. Es
loca y trágica, pero sutil, fragante y sin pies.
Vive como
si el viento la envolviera y la
disolviera, y aún así sus partículas conservan destellos de diamante .Tiene un
lago intenso en la mirada, con misterios de mil historias no contadas.
Sus manos siempre se mueven con vuelo de
pájaros, y no tiene pasado, tampoco
futuro, está allí como si el presente se
hubiera eternizado en humo…
A veces le presto mi cuerpo, y entonces la
corriente subterránea sube del rojo al violeta, se me escapa su torbellino por
los ojos, y me acelera los ritmos …
No puedo retenerla, es tan etérea como mi
sombra…
COMO HOJA DE OTOÑO
Como hoja de otoño
estremecida, que se cae, que no… así el alma latiente se asoma al abismo y se aferra al tronco, vislumbrando el espanto, pero colgada de la luz… buceando el
oscuro fondo de ciénaga, donde se funden las miserias y las locuras…
Pero el otoño es fulgor, y tenues haces iluminan este
dolor de vida, acarician partes dolientes con manos de hogueras antiguas… y la voz se
rompe, y se desgarra en palabras, rogando amores y mirando universos soñados.
UNA MUJER EN LA LLUVIA
Una mujer en la lluvia
:
ojos
infinitos vencidos de amor.
El
viento que entrechoca su cabello
le
lleva pesares al mar.
Yo
quiero decirle que escucho su penas...
y
no tengo voz.
Estiro
mi alma para acariciarla,
...
no sé si escucha mi grito,
pero
el eco golpea mis sienes
La
mujer me mira con ojos de estanque
y
veo en su abismo
la
misma y profunda vastedad
que
veo en el espejo.
MUJER
AZUL
Un
blues para tu tristeza… mujer azul,
Una
canción triste para tus ojos tristes, emergida del mar, con tus ojos de hielo,
te me apareces por los espejos, con tu alma fría, enfriada de espanto, y te
rodean las olas que amortajaron a Alfonsina,
Envuelta
en túnica de algas blancas, los reflejos de la luna te iluminan lágrimas
congeladas… y tu frío es el mío, mi nocturno frío… de mis noches de mar
agitado.
Apareciste,
ahí, entre el óleo y la madera, y me miras… rodeada de espuma, una sonrisa
tenue, azul de vientos, azul de cielos, azul de profundas cavernas.
Estás.
No puedo volverte de colores. Te sostengo las manos azules pero no me iré
contigo, aquí, amarradas entre la tierra y el mar, aquí estamos ambas,
sosteniéndonos.
¡GRACIAS ALICIA! Fernanda